La Colección

Antonio de Arfe

Orfebre español del siglo XVI, probablemente naciera en León, siendo hijo de Enrique de Arfe y hermano de Juan de Arfe. De se obra no se conoce nada anterior a 1539, año en que le encargaron la custodia para la Catedral de Santiago de Compostela, ya concebida a la manera plateresca de superposición de templetes y con columnas de candelabro; similar será la custodia de Medina de Rioseco y dentro del mismo tono estará el resto de la producción de Antonio, que tras muchos viajes se traslado a Valladolid y finalmente en Madrid. Dejo una obra menos importante que su padre y que la que dejó posteriormente su hijo,

Juan de Arfe. La custodia de Medina de Rioseco fue labrada entre 1552 a1554 por Antonio de Arfe en su taller de Valladolid, por encargo de la cofradía del Santísimo Sacramento de la iglesia de Santa María. La menciona por primera vez Juan de Arfe en la Varia Commesuración, al referirse a su padre como uno de los introductores del nuevo estilo renacentista en la platería española.

Considerada como una de las más relevantes creaciones de la platería española, su delicada estructura arquitectónica y exquisita ornamentación de estilo plateresco, así como el refinamiento de sus relieves y esculturas de bulto redondo, la convierten en una de las custodias más representativas del Renacimiento. Adopta la forma de un templete de cuatro cuerpos, todos ellos de planta cuadrada.

Consta de basamento decorado con relieves de pasajes bíblicos, sobre el que se eleva el primer cuerpo, que es el de mayor riqueza ornamental. Lo integran cuatro arcos de medio punto y cuatro esbeltas torrecillas salientes de tres cuerpos cada una en los ángulos. Los cuerpos inferiores de estas torrecillas cobijan figuras de los Doctores de la Iglesia.

El interior de este primer cuerpo lo ocupa el sensacional grupo del Arca de la Alianza transportada a hombros por cuatro levitas, precedidos por el rey David tañendo su arpa. Por sus movidas actitudes y esbeltas proporciones se hallan dentro del estilo de la escultura manierista y evocan el nerviosismo y expresividad de la estética berruguetesca, especialmente la figura danzante del rey David.

Más sencillo y desornamentado es el segundo cuerpo, donde se aloja el viril. Se compone de cuatro pilastras con estípites adosados, y se decora con figuras de los Evangelistas en el centro de cada lado, ángeles músicos en los ángulos.

El Tercer cuerpo lo integran cuatro pilastras estriadas, alojándose en su interior una imagen de la Asunción de la Virgen. El último cuerpo es un diminuto templete con columnas abalaustradas, que aloja en su interior una campana y remata con una Cruz añadida posteriormente (por el platero vallisoletano Zúñiga en el siglo XX).

En varios lugares de a custodia pueden verse las marcas del artífice: ARFE, la de Valladolid y la del contraste: Aº/GRZ (Alonso Gutiérrez el Viejo).